Inicios lentos: Por qué está bien no tenerlo todo resuelto en Enero

El año nuevo siempre llega cargado de expectativas, listas interminables y esa sensación de que todo debe empezar con fuerza desde el día uno. Pero, ¿qué pasa si no tenemos todas las respuestas todavía? ¿Qué pasa si, en lugar de correr, necesitamos caminar, respirar, observar?

Creo que a veces olvidamos que el tiempo no nos está persiguiendo, que enero no es un sprint, sino el prólogo de un capítulo más largo. Los mejores inicios, al menos para mí, son los que no se apresuran, los que permiten una pausa para descubrir qué queremos realmente.

De hecho, justo antes de que terminara el año y hasta hace unos días, decidí desconectarme casi por completo del teléfono. Básicamente, solo me comunicaba por mensajes de texto, y fue increíble. No recordaba lo ligera que podía sentirse la vida antes de las redes sociales, antes de este autoproclamado invento de crear contenido y dedicarme al arte.

Esa ligereza me hizo darme cuenta de algo importante: siempre estoy en algún tipo de carrera interna, por hacer más, lograr más o incluso lidiar con la culpa de hacer menos.

En ese tiempo de desconexión, recordé algo que suelo redescubrir cada cierto tiempo: no somos eternos, y hay tanto que quiero hacer en el tiempo que tengo en este plano de existencia. Pero también entendí que no quiero vivir corriendo. No quiero que la vida sea una lista de metas que tengo que completar rápidamente. Hay vida, hay belleza y momentos maravillosos en las pausas.

Así que no, no planeo resolver toda mi vida en enero. Estoy aprendiendo a ver este mes como un espacio para descubrir, respirar y darme permiso de simplemente ser.

Tal vez tú también sientas que aún no tienes claro el camino. Y está bien. Está bien no empezar con toda la energía, está bien explorar antes de comprometerte con algo. El año es largo, y tú tienes todo el tiempo que necesitas para florecer a tu ritmo.

Al final, los inicios lentos también cuentan historias hermosas. Historias de paciencia, de descubrimiento, de darte permiso de ser, sin la presión de tenerlo todo resuelto.

Así que este enero, si te sientes perdida o simplemente pausada, recuerda que lo importante no es la velocidad, sino la intención.